El payaso de tu vida

Y no, no me refiero al horrible payaso de Micolor. Ese se está pudriendo en el infierno a la espera de que los publicistas vuelvan a requerir sus servicios. Hoy vamos a hablar de un payaso que, aunque no te hayas dado cuenta, ha estado contigo en los mejores momentos de tu vida y te ha seguido allí donde has ido. Estoy hablando de Ronald McDonald.

¡Ronald Haaambre!

Piensalo bien. Lleva ahí tuda tu vida. Seguro que puedes recordar alguna situación de cuando eras muy niño, que se haya desarrollado a la sombre de este simiesco payaso. Yo recuerdo la primera vez que fui a un McDonalds. Fue en Madrid. Tendría como 6 u 8 años y me tocó una bocina para la bici con la que atormenté los tímpanos de mis sufridos progenitores. Si te paras a pensar un momento, seguro que tú tienes tu propia historia que contar sobre tu niñez y McDonalds. ¿Preocupado? ¿No? Sigue leyendo.

Ahora piensa esto. Cuando éramos niños -Ahora estoy hablando de la generación de principios de los 80- la publicidad de McDonalds se centraba en nosotros, los niños. Eran anuncios con payasos, sonrisas, niños y columpios en los que la "M grande" salía parada como el hogar de la felicidad. Atraían a los niños hacia sus fauces con promesas de dulces caricias de amables monstruitos -amigos de Ronald- y del propio Ronald McDonald. ¿Qué niño no se sentía atraído por la "M grande" al verla? Yo, desde luego, sí. Era un blanco perfecto para el marketing payasil.

Avancemos unos años al futuro. Estamos en la década ¿de los 00? ¿del 2000? ¿Cómo se dice? En fin, ahora la publicidad de McDonald se ha vuelto más moderna. Ya no salen niños sonrientes. Ahora salen modernos y modernas de ciudad comiendo hamburguesas tan modernas como ellos, mientras rapean, brinca, se gustan y cantan. A todo se lo denomina con iniciales. Como la C.B.O, o Chicken, Bacon, Onion. ¿Dónde quedaron los épicos nombres como McCostilla? ¿O McPescado? Ahora no sabes lo que te comes.

Pero esa no es la cuestión. La cuestión es -y aquí viene la bomba- que la publicidad y los consumidores tipo del marketing de McDonalds van cambiando a la vez que la generación de principios de los 80. Estuvieron ahí con nuestro primer diente de verdad. Estuvieron ahí con nuestra comunión. Estuvieron ahí con las primeras olimpiadas que nos interesaron. Están ahí en nuestra joven y alocada vida. Y estarán ahí en el futuro. Siempre adecuándose a nuestra generación, en un diabólico ciclo vital del marketing que nace y muere con generaciones seleccionadas. No lo dudéis, dentro de unos años, McDonalds ofrecerá hamburguesas aun más blandas para personas con dentadura postiza. ¡Y esas personas seremos nosotros!

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