La vida pirata

Cuántas veces hemos cantado de niños eso de: la vida pirata es la vida mejor, sin trabajar, sin estudiar, coooon la botella de ron. Y ahora todo el mundo preocupado por la generación ni-ni y su puta madre. Ron en mano, miles de jóvenes se dedican a pelear y emborracharse hasta la muerte haciendo propias las palabras de la cancioncita. Menos mal que con la saga "Piratas del Caribe" han cambiado los "popes" de la juventud y ahora -como viene siendo habitual en el cine- siguen los roles de piratas amanerados y con perillas que harían vomitar al mismísimo Lucifer. No quiero perderme en una extensa y divagante diatriba sobre el sin-futuro de la juventud, así que voy a colocar un punto y aparte al final de esta frase y seguiré con el tema que hoy nos ha reunido.

¿Un agujero en el parche? ¡Prendedle, es un pirata falso!

La verdad es que la dichosa canción tiene razón. La vida de un pirata estaba bastante bien. Si uno no era de mareo fácil, podía ver mundo, beber, matar y comer en total libertad y armonía con la mar. Lo que nunca he llegado a entender era esa costumbre de enterrar los tesoros. Vamos, con lo que tenía que costar reunirlos a base de hundir barcos y matar marineros. En vez de gastarlos los enterraban. Un observador poco entrenado vería en esta costumbre algo prudencial. Como si enterraran el tesoro para que la gente se olvidara de que había sido robado y luego gastarlo en prostíbulos sin que el responsable del garito llamara a la Interpol. Pero claro, hace 200 años no había chips ni mierdas de rastreo, por lo que esta idea es errónea.

Sinceramente, después de investigar la Gran Red durante meses intentando esclarecer las razones de este comportamiento no he llegado a una conclusión clara. Bueno, a decir verdad sí he llegado a una: algo sabían que no sabíamos nosotros. Los piratas no eran retards y seguro que su buena razón tenían para no disfrutar del oro por el que tanta sangre derramaban. Algo sabrían. Algo que ni tu, ni yo ni nadie más en la tierra sabemos. Pero enterraban su oro por alguna razón, de modo que yo animo a que enterremos todos nuestros ahorros, joyas, oro, mascotas, relojes, la play 3... en fin, todo lo que consideremos un tesoro en la madre tierra durante unos años para ver qué pasa. Yo por mi parte lo voy a hacer, y si algún valiente se anima le cederé una parcela del solar donde voy a enterrar mis tesoros. A partir de ese momento, se acabaron los problemas y a beber ron. Arrrr.

2 Comentarios llenos de IRA:

Harley Fuagrás dijo...

Por un momento he pensado que dejabas de plagiarte a ti mismo para plagiarme a mi. De buena tunda te has librado.

pakitokrema dijo...

No te creas el centro de mi mundo. ¿Qué cojones creías que te había plagiado? ¿Alguna de tus patéticas historias sobre simios gays?

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