Las manchas solares de los plátanos y sus misteriosas propiedades

Plátanos. Son amarillos, amables, nacen en las Canarias y esconden secretos. Tienen forma fálica y una textura que facilita la digestión y la expulsión. Son dulces, famosos y esconden secretos. Son amarillos y tienen manchas negras, y en esas manchas radican sus secretos.

Manchas negras, algo que normalmente nos hace no comprar cualquier alimento, en el caso de los plátanos hace que los compremos sin dudarlo porque se supone que son mejores. Pero ¿qué son exactamente esas manchas? ¿Podemos fiarnos de ellas? Un servidor opina que no.

En lo podrido está el sabor. Y la muerte.

Porque si bien las manchas podrían pasar desapercibidas, lo que no lo hace es la marabunta humana que se auto denominan "amantes de las manchas de plátanos". Las buscan y las anhelan como si fuera ambrosía. Y no sólo las manchas externas, sino las internas, que son peores. Y es que la manchas externas son sólo eso, manchas, no implican que debajo haya muerte, pero las manchas internas SON muerte. Es como el espinazo relleno de heces de los langostinos. Son zonas podridas que no son aptas para el consumo humano y/animal, pero tienen sus seguidores. Pobres almas en pena que buscan y olisquean esas zonas marrones antinatura y que son capaces de matar por ellas.

Esto es así. Es tan cierto como que hay infraseres que fuman tiras de plátanos resecas; dicen que no les gusta, pero lo cierto es que lo hacen y lo disfrutan. Así pues, ¿podemos fiarnos de estos platano-zombis? No. ¿Podemos fiarnos de las manchas? Tampoco.

Lo más probable es que en esas manchas se reflejen las manchas del astro rey, focalizándose y concentrándose como un láser. ¿La razón? Probablemente alguna razón misteriosamente sexual para que los humanos dependientes de los plátanos devoren manchitas podridas hasta convertirse ellos mismos en manchitas podridas. Y FIN.